lunes, 24 de diciembre de 2007

Trabajamos hasta en Nochebuena, ¡pero no nos importa!

Tras una noche de cachondeo y trasnocheo, me desperté con los ladridos del Troilo media hora antes de lo debido. Así que, acordándome de todos sus parientes, me vestí y fui a la cocina de mi abuela en busca de algo que llevarme a la boca. Encontré un bote de cacao caducado, tres paquetes de pan de molde y un brik de leche a medias. En el último momento también encontré un paquete de cereales de Dios sabe cuándo que sabían a telarañas.

Apunté mentalmente comprar cereales para la próxima vez mientras echaba los restos de mi escaso desayuno en el comedero del perro. Cuando, una hora después, entramos en el bar de Villar del Rey donde solemos hacer el segundo desayuno mientras esperamos que caigan los rabilargos en las jaulas, agarré con ganas las madalenas y el zumo. Pomulillos y yo comentábamos la noche movida y la salida con Toni a buscar grullas. Le contamos al Pajarero todo lo que habíamos visto y también la excursión a la Serena de principios de mes. Y cómo no, también hablamos del tema estrella: Doñana.


A la vuelta, vimos cogujadas, trigueros (Miliaria calandra), bisbitas y otros aláuidos típicos de los llanos; también un alcaudón real (Lanius excubitor) que suele colgar sus presas de los pichos de las vallas, verdecillos (Serinus serinus) con su parloteo habitual, jilgueros (Carduelis carduelis) y alguna grulla despistada.



A pesar de ser la mañana de la Nochebuena, hacía muy buena temperatura, cosa que agradecimos a la hora d
e anillar y poner marcas alares. Cuando cae algún pájaro desconocido y el Pajarero nos brinda el honor a nosotras de marcarlo, podemos estar casi veinte minutos con él antes de terminarlo.


Hay que ponerle una anilla metálica y una o dos de colores, sus cor
respondientes marcas alares, recortarle un poco las plumas que las tapan, medirlo, pesarlo y algunas otras cosas más.

Pomulates Llongueras, pelando un rabúo =)

El Pajarero me mandó sola a por una jaula y encontré un estornino (Sturnus unicolor) de enciclopedia, recién mudado y con la base del pico cenicienta...y no veas como pican los condenados!


También cayeron varios petirrojos (Erithacus rubecula).
Cogimos uno para ver que era un pollo de la primavera pasada, caracterizado por las plumas picudas de la cola y restos del paladar amarillo, a parte de las típicas manchas en las rémiges terciarias y secundarias.




Los rabilargos estaban preciosos, con la muda nuevecita, nuevecita; brillaban y casi podíamos ver los reflejos ultravioletas ^^

¡Mira que guapo!

Además, la mañana estuvo tranquila, cayeron suficientes pájaros para estar entretenidos pero no demasiado pocos; normal, la mala suerte de Cancho no nos acompañaba.

Pomulates nos demostró sus dotes de domadora de rabúos y yo puse mi primera marca alar. ¡Woo!

Yo poniendo la marca alar



La domadora de rabilargos.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Censo de grullas en Los Canchales (Montijo)

Ayer, sábado, a las tres menos un minuto del mediodía, abría la puerta de un mitchubichi azul marino y saludaba a Toni para ir a censar grullas a Los Canchales. Pomulates subió detrás de mí y nos pusimos en marcha. No era la primera vez que íbamos al campo con Toni, pero aun así, al principio nos sentíamos un poco cortadas. Nos estuvo contando que el embalse de Los Canchales estaba entre Montijo y La Garrovilla, y que cuando lo terminaron de construir a principios de los 90 se llenó de patos y se convirtió en zona de invernada de muchas aves.

Entramos por la cola y seguimos un camino entre olivos y retamas. Estuvimos viendo bandos enormes de gorriones morunos (Passer hispaniolensis) y de jilgueros (Carduelis carduelis) (Pomulates se sorprendió de verlos fuera de una jaula)

cogujadas(Galerida cristata), bisbitas(Anthus pratensis), mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), y vimos por primera vez un colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)

.

Nos paramos cuando llegamos a una orilla bien llena de patos y montamos los telescopios. Había muchas avefrías o aguanieves (Vanellus vanellus)


un montón de ánades frisos (Anas strepera)

nadando alegremente, reconocibles por el espejuelo blanco, la cola negra en machos y el dorso pardo, y muchísimas cercetas comunes (Anas crecca),

pardas con una mancha verde brillante en la cabeza; éstos estaban mezclados con patos cuchara (Anas clypeata)

con la cabeza verde, pecho blanco y laterales de color canela, y ánades reales (Anas platyrhynchos)

que tiene el cuello y la cabeza verdes y el espejuelo azul (los machos). También vimos por primera vez ánades rabudos (Anas acuta); Toni no nos dijo nada, sólo cuando estábamos mirando dijo: ¡Éste es el pato más bonito del mundo! y nos lo enfocó, a ver si éramos capaces de adivinar lo que era.

El ánade rabudo tiene el pecho blanco, el dorso gris y la cabeza y la cola oscuras, y es mucho más elegante que el resto de patos. Al fondo había varias pandillas de gansos (Anser anser), en la orilla opuesta, que de vez en cuando se asustaban y levantaban el vuelo, arrastrando a los demás patos del embalse detrás.

En alguna de las islas artificiales había cormoranes, y también vimos varios grupos de fochas (Fulica atra) que resulta que son gruiformes. Tienen forma de gallinas nadadoras, bien gorditas y al echar a volar desde el agua parece que les pesa el culo...

De vez en cuando cruzaban sobre nosotros bandos de grullas, y Toni nos retó a descubrir los jóvenes.


En los campos que rodeaban el embalse se veían las manchitas blancas de las grullas pastando y se escuchaba claramente el trompeteo. Pomulates y yo estuvimos de acuerdo en que sonaban como el chirrido de un columpio oxidado.

Seguimos rodeando el embalse en el todoterreno y nos bajamos para ver de cerca unas tumbas excavadas en una piedra de granito. Pomulates estaba dispuesta a tumbarse en el sarcófago para hacerse una foto, pero cuando cayó en la cuenta de que había habido muertos allí mismo, se le quitaron las ganas.

Al volvernos a subir al todoterreno de repente vimos alzar el vuelo a un puñado de fochas y, entre ellas, una mancha blanca. Nos detuvimos de golpe y enfocamos con los prismáticos rápidamente; Toni nos dijo emocionado que se trataba de un tarro blanco (Tadorna tadorna), un pato bastante difícil de ver.

Terminamos en un lugar precioso, viendo la puesta de sol y escuchando las carcajadas de los ánades reales, que siempre cantan como si se estuvieran partiendo de risa.

Desde allí se suponía que íbamos a ver a las grullas entrar al dormidero, pero de momento habían dejado de verse y escucharse.

Al rato se hizo de noche y nos fijamos en que había salido la luna, que estaba llena; nos dijo Toni que por eso las grullas aún no se acercaban al dormidero. Así que nos quedamos con las ganas de censarlas. Pero pasamos una buena tarde y vimos muchos pájaros. Llevábamos casi un mes sin ir al campo, (exceptuando la excursión de tres días a la Serena de Fauna Silvestre, que no he posteado por falta de tiempo) y ya estábamos que nos subíamos por las paredes. ¡Necesitábamos campear!

PD: Era bastante difícil hacer fotos a los bichos, pues estaban muy lejos, y un post de este tipo sin gráficos era un poco royo, así que he tenido que hacer un poco de trampa... las fotos de los bichos esta vez no son mías, las he tenido que buscar en la red, gracias a todos. Pero los paisajes sí que son míos, ¿eh?

domingo, 25 de noviembre de 2007

La Forgu ha vuelto

Actualizado


He terminado de tunear mi coche!!!
Primera foto:
A esta seguirán más, en cuanto pueda. Ya la veréis!!


Fotos Actualizadas:

miércoles, 24 de octubre de 2007

Valdesequera, hasta pronto

actualizado: fotos colgadas

Hoy hemos hecho la última salida al campo hasta dentro de un mes. Jo, qué mono nos va a entrar. Y después de todo lo que hemos visto hoy...
Llegué la primera (cosa rara) al punto de encuentro, pero un minuto después llegó Pomulates y el Pajarero, casi a la vez. Llevaba chispeando desde que amaneció, y temí que se hubiera suspendido la sesión. Pero como dijo luego el Pajarero citando a Napoleón, siempre nos queda la retirada y la victoria.

Poco antes de llegar me quedé frita... zzz... cosa que Pomulates y el profesor aprovecharon para llenar de pan las primeras jaulas sin despertarme. La verdad es que me vino bien la siestecita... Después de llenar las otras dos jaulas bajo una fría llovizna, nos fuimos a Villar del Rey a desayunar, a esperar que los rabilargos cayeran en las trampas. No dejamos de hablar de Doñana y de cosas curiosas y graciosas que nos habían pasado, y luego nos volvimos a Valdesequera. En el camino vimos las primeras grullas (Grus grus) cerca de la laguna de Berrinchonas.

En la primera cayeron alrededor de doce rabilargos, los cogimos entre Pomuates y yo, y también un pequeño petirrojo joven; las manchas de las rémiges le delataban.


¡Qué bonito era! Como un polvorón, o como un pompón de maquillaje.

Las manchas en las rémiges terciarias y
secundarias indican que es joven

En la segunda y la tercera había menos, pero cayeron al menos una familia de tres herrerillos (Parus caerulerus) y un carbonero (Parus major), y un montón de estorninos comepienso ya con el plumaje de invierno (Sturnus vulgaris).

Pomulillos pesando un rabilargo

Luego nos dividimos para la segunda ron
da. Pomulates y yo fuimos solas a la jaula del fondo mientras el Pajarero revisaba la de Berrinchonas. Mientras íbamos pensando en hacer autoestop para llegar, vimos revolotear desde el camino un pájaro dentro de la jaula. Descartamos tórtola turca, mirlo e incluso rabilargo, porque era enorme. Abrimos la puerta de la finca, intrigadas, y nos acercamos rápidamente. Corriendo hacia la jaula, distinguimos unas garras potentes y amarillas, unos ojos grandes, redondos y también amarillos, y un pico curvo lleno de sangre. No era una paloma. No era un mirlo.

Gavilán (Accipiter nisus)

Era un gavilán (Accipiter nisus). Y acababa de merendarse un estornino.

Corrí a avisar al Pajarero mientras Pomulates vigilaba que no se comiera más bichos, pero no le encontré, así que me volví con ella. Por suerte, no había caído ningún rabilargo en la jaula; no sé si nos habríamos atrevido a entrar en la jaula con ese peaso bicho allí... capaz de decapitarnos a nosotras también. Cuando estaba a punto de entrar en la finca, apareció el Pajarero, que había sospechado que algo pasaba cuando no habíamos vuelto al coche.

Utilizando la funda de cuero de los prismáticos, entró en la jaula y lo atrapó.

El Pajarero con el gavilán recién atrapado.


Tiene las alas redondeadas y la cola cuadrada,
típica de especies que tienen que volar en bosques,
haciendo muchos quiebros para cazar. Ornitófago.

Una vez que lo tuvo bien sujeto y tranquilo, no es muy difícil cogerlo, ni muy arriesgado. Consultamos la guía y vimos que era una hembra, probablemente joven por el color de la capa. No puedo describir lo que se siente al tenerlo entre las manos.



"Las gavilanas"

Nos lo pasamos de unos
a otros y nos lo llevamos al coche, donde el Pajarero casi se arranca de los pelos al ver que al final no había echado las anillas del resto de los pájaros, que sólo había traído de rabilargos...


Cuando Cancho y Franki se enteren de lo que se han perdido hoy...

lunes, 24 de septiembre de 2007

Doñana - ültima entrega doñanensis

ACTUALIZADO: ya he colgado las fotos!!


Uf, la última semana de estancia ha sido de infarto, aunque no lo parezca.La aventura se acababa...

Comenzó así:

El lunes salimos Jero y yo hacia Sevilla. Teníamos que encontrarnos allí con El Loco, en los aparcamientos de un centro comercial. Allí, Jero me intercambió por el Alemán y su Oso Polar. Yo me volví con El Loco y nos fuimos a hacer la compra. Es una nueva experiencia, el ir al Mercadona con un muchacho al que acabas de conocer y con el que vas a vivir los siguientes siete días.

Al llegar al Palacio, el director de la Estación Biológica nos echó la bronca. :S Aunque suene demasiado tópico, ¡no teníamos la culpa!

Estuvo lloviendo los siguientes tres días.

El jueves por la noche nos fuimos a cenar a Matalascañas con los de Cangrejos, que eran muy divertidos. Uno era como Tamariz, y estuvo haciendo trucos en el bar. También vino el capitán Kirk, de rapaces, y algunos de los conejos. Nos lo pasamos fenomenal, pero estalló una tormenta eléctrica de tres pares... Volviendo al palacio (al menos 14 kilómetros de tierra llana, llana) nos vimos rodeados de largas lenguas de rayos que recorrían el cielo de una punta a otra. Los del otro todoterreno volvieron con las luces apagadas... y subidos en las bacas del coche!! como pararrayos humano... pa'matasse.

Pomulates con Tamariz de cangrejos


Kike y El Loco durante uno de los trucos


Al llegar nos fuimos al Observatorio a ver la tormenta. Estuvimos allí hasta las cinco de la mañana, fotografiando los relámpagos.


Pomulates y El Loco salieron a darnos un susto y hacernos creer que eran jabalíes, pero terminaron peleándose en el barro.


Tres horas después, a las ocho de la mañana, El Loco, Kike, Franki y yo fuimos a Matalascañas, donde habíamos quedado con un anillador muy respetado (Luis García) para ir a anillar Zampullines (Podiceps nigricollis) a las salinas del Odiel, en Huelva. Les pillamos por los pelos; nos subimos al Deffender color desierto y nos encaminamos hacia allí. En la Estación nos habían prestado unos escarpines, y aunque alguien nos había recomendado meternos en el agua con pantalones para evitar hacernos daño, preferimos no hacerlo. Las salinas son un cenagal en donde el barro puede llegar hasta la cintura.

Un zampullín en una de las cajas, listo para ser liberado

Para cazar los zampullines, que son buceadores y necesitan mucho espacio para coger carrerilla para volar, barríamos la salina con redes hacia lo que se llama una "trampa con muerte", que no es otra cosa que un embudo. Por supuesto, no sufren ni se dañan.



Franki "vengándose" de un zampullín (Podiceps nigricollis)

A mí me tocó en una parte que no había que andar mucho, así que me empecé a hundir, y a hundir... Cuando llegó uno de los muchachos que iban recolectando los patos de la red, me dio un manojo de patos y me mandó a la orilla. Para entonces yo ya tenía el cieno por encima de las rodillas... y tuvieron que venir a sacarme ^^
Estuvimos recogiendo a los que se escapaban, correteando por la trampa para que entraran en el embudo (llamado "muerte") y El Loco quiso empezar otra pelea de barro. Nos embadurnamos bien...


Yo con marcas de guerra

Ya en la orilla se metían en cajones especiales y se trasladaban al otro lado del talud que rodeaba la salina, donde estaban los anilladores. Estuve bastante rato de secretaria, apuntando datos y aprendiendo a distinguir hembras, machos y jóvenes. Reinaba un buen ambiente con mucho cachondeo y bromas de todo tipo, animadas por la cerveza fresquita.

Después, cerca de las tres y media del mediodía, nos dieron de comer y nos fuimos todos a tomar algo.

Por la tarde, como la berrea ya estaba acabando y desde mi torre ya no se veían venados, me fui al andamio de Pomulates.

Al rato se nos sumó El Loco; Franki estuvo en el suyo con Aida de Conejos. Como no había mucha actividad nos entretuvimos con un macho de tortuga mora al que subimos al andamio.

Como era de esperar, se meó sobre El Loco. Estuvimos dando un minipaseo por los alrededores, porque era la penúltima tarde que estábamos allí.

El sábado fuimos por la mañana a desmontar los andamios y guardarlos para el año que viene, con un poco de pena. Nos pasamos el resto del día rellenando mapas y fichas de resumen de datos. A media noche, agotados de trabajo intelectual, nos fuimos a la laguna de Santa Olalla. Había luna llena, así que organizamos lucha libre en la arena.

Al día siguiente, domingo, nos fuimos a Badajoz, de vuelta... pasando por Córdoba,

para ver a Jero y Patri, y Aida y Kike, que habían ido antes.

Comimos muy bien en un restaurante de tapas y nos fuimos a una tetería. El turismo por el barrio judío fue muy agradable.




Ya de noche, llegamos a Badajoz. La aventura se acababa, se acababa...
Se acabó.
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